Deshaucios en las aulas
Las ejecuciones de desahucios llegan a los campus universitarios. Alrededor de 30.000 alumnos y alumnas no pueden pagar su matricula universitaria del curso que está terminando. Estudiantes convertidos en morosos, de un día para otro, son expulsados de los campus. En las últimas semanas, un gran número de estudiantes matriculados han conocido la denegación de la beca con la que esperaban pagar su matricula.
Esta es la consecuencia de subida de tasas y la supresión de decenas de miles de becas universitarias a la vez que el paro ha superado los 6 millones de personas, se han recortado los sueldos, implantado el copago sanitario o el. El curso que termina menos alumnado ha percibido ayudas. El ministerio reconoce una bajada en las becas universitarias que va a superar el 5%. Esto, a pesar de que se han incrementado las solicitudes por efecto directo de las políticas económicas de austeridad que en su dimensión ideológica se proponen convertir la educación un privilegio.
El decreto que ultima Wert agravará la situación. Los criterios serán más restrictivos y sobre todo más injustos. Para optar a beca la nota de acceso a la universidad deberá ser, como mínimo, 6,5. Las cantidades a percibir serán menores. Con una parte fija, habrá otra que será una “cuantía variable” vinculada a los resultados académicos. Además, para renovar la beca habrá que aprobar el 100% de los créditos matriculados en todas las enseñanzas excepto en los estudios técnicos donde se exigirá aprobar el un 85%. Además, a modo de un nuevo tipo de sorteo de lotería, la cuantía de la beca sólo será conocida tras su concesión.
Según lo ocurrido ese año, la reducción de la partida destinada a becas, las nuevas exigencias y criterios así como el modelo de gestión se calcula que 1 de cada 3 estudiantes perderá su ayuda. Se empieza a hablar de, al menos, 85000 posibles futuros truncados. En apenas dos años, España ha retrocedido una década con un recorte de más de 300 millones de euros en ayudas al estudio. Se pasará de tener un 23% de becados en el sistema universitario a apenas un 16%. En a penas 24 meses se ha arrasado con todo el esfuerzo colectivo realizado en una década.
Mientras Wert dice que el concepto “pobre” es muy antiguo, el Gobierno de España abandona el mandato constitucional de garantizar la igualdad de oportunidades. Usa la “excelencia” como coartada. Es cierto que se exige más esfuerzo individual. Aunque, sólo los que no tengan suficientes bille- tes en la cartera tendrán que rendir cuentas sobre sus resultados. Se exige exclusivamente buen rendimiento a quienes lo tienen más difícil de partida Las ayudas consiguen que al estudio se acceda independientemente de la procedencia social. Sin becas la llamada excelencia es simplemente clasismo. Parece que lo que se avecina es contar. Sí, contar cuántos de los alumnos y alumnas que dejen de estar becados dejarán de ser estudiantes universitarios. Ese es y será alumnado desahuciado de las aulas, los pobres.