La coartada de la “construcción por fases”

A finales de la pasada semana denuncié en nombre de CCOO y junto a Javier Torres, portavoz de la AMPA del Centro de Enseñanza de Infantil y Primaria (CEIP) Cervantes de Getafe, la terrible situación que padece este colegio. La denuncia la presentamos en la Consejería de Educación al consejero reprobado, Rafael van Grieken, a la directora general de Infraestructuras y al director del Área Territorial porque es insostenible la situación de este centro educativo, víctima de la “construcción por fases” emprendida por el Gobierno regional.

La “construcción por fases” es una pata más de la “deconstrucción por fases” emprendida contra la educación púbica por el ultraliberalismo del Partido Popular. El CEIP Cervantes de Getafe se ha convertido en paradigma de esa persecución, pero también en ejemplo de rebeldía de padres, madres, trabajadores y trabajadoras.

Ahora bien, el Cervantes es sólo una gota de agua, la punta del iceberg de un problema que puede llegar a afectar a cerca de diez mil niños y niñas, quinientos sólo en el municipio de Getafe.

La denominada “construcción por fases” está suponiendo el incumplimiento de los requisitos mínimos que establece el Real Decreto 132/2010 de 12 de febrero, por el que se establecen los requisitos mínimos de los centros que imparten las enseñanzas del segundo ciclo de la educación infantil, la educación primaria y la educación secundaria.

Es decir, esta norma intenta evitar que los centros estén “mangas por hombro” para que el alumnado y toda la plantilla del centro puedan enseñar, aprender y convivir en condiciones dignas y de seguridad. Porque los espacios son un elemento clave para que sea posible el desarrollo de proyectos educativos que respondan a las necesidades de los niños y niñas, no es de recibo que los colegios estén empantanados año tras año como si se tratará de la construcción de El Escorial.

Centros como el Cervantes de Getafe padecen obras desde hace tres años, alentando indirectamente que las familias, cansadas de desorganización, inseguridad y desorden, terminen derivando a la enseñanza concertada a sus hijos e hijas. Hay otros centros que llevan más de 7 cursos en obras.

La denuncia que hemos presentado, tan amplia como exhaustiva, define multitud de incumplimientos y es un primer paso para futuras actuaciones jurídicas. No puede ser que pasillos principales que dan paso a zonas de evacuación estén obstaculizados por mobiliario escolar; ni que se esté utilizando la toma de luz del centro con un cable que invade la puerta de salida de emergencia y recorre zonas de transito de alumnado, profesorado, familias…

Madrid es la región más rica de España y la recesión finalizó, aunque las familias y la educación siguen padeciendo los efectos de la crisis. En este escenario es inaceptable que los centros públicos educativos se encuentren en unas condiciones tan precarias para tantas personas que allí conviven la mayor parte de su tiempo.

Y es que la “construcción por fases” está impidiendo que haya zonas para el profesorado; que haya gimnasios, salas de uso múltiple, salas de atención a la diversidad o para reuniones con familiares… No puede ser que estén impartiéndose clases en los pasillos.

En este contexto, el alumnado ve vulnerado su derecho a una educación pública, mientras sufre serios perjuicios. La “construcción por fases” vulnera el derecho a la educación de miles de niños y niñas en Madrid provocando una situación inaceptable, sirviendo así de coartada perfecta para vulnerar la decisión de las familias de optar por la enseñanza pública y sumar una iniciativa más que fomente la derivación de alumnado a los centros concertados en los tiempos del “pelotazo educativo” y las tramas construidos en zonas de crecimiento urbanístico que sin este tipo de actuaciones, la normativa de escolarización o las desgravaciones fiscales no se llenarían por tratarse de opciones ideológicas, en muchos caso muy radicales, que la mayoría de la población madrileña no prefiere.

La pasada semana abrimos la vía jurídica para oponernos a la “construcción por fases” de los centros educativos. Un día antes finalizábamos un encierro, cerca de la Asamblea de Madrid, para reivindicar el complimiento del Acuerdo Sectorial, que no es otra cosa que defender un modelo de educación pública digno para alumnado, trabajadores y trabajadoras.

Gracias a la presión hemos logrado el compromiso del Gobierno regional para que se lleve a efecto de forma inmediata una parte de las medidas del Acuerdo Sectorial, también conseguimos un calendario de negociación sobre el inicio de curso. Como en la construcción por fases, no hay acuerdo en el número de nuevos docentes que han de incorporarse en el inicio de curso en los centros públicos. La denuncia, la presión y la movilización van a seguir para que se corrija esta deriva, se prime el interés general y este caótico fin de curso no se prolongue en un caótico inicio de curso.